¿Necesitas un CAMBIO, pero te da MIEDO? Aprende a manejar la incertidumbre y la incomodidad
- Maria Romar
- 17 feb
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 11 mar

¿Llevas años en un trabajo que no te gusta, quieres cambiar, pero no sabes lo que quieres y te da miedo ese cambio por si “vas a peor”?
¿Te cuesta gestionar presentaciones en tu trabajo, ves que profesionalmente no avanzas, pero no te decides a buscar ayuda porque te da miedo lo mal que crees que lo vas a pasar?
Si te suena alguna de estas situaciones, este post te interesa.
Todos y todas, en algún momento de nuestra vida, hemos sentido el deseo o la necesidad de hacer un cambio. En el top 3 entre mis clientes están la búsqueda de un cambio de trabajo, cambio de hábitos y cambio de mentalidad. Sin embargo, a pesar de que son plenamente conscientes de que necesitan esa transformación, de que ese es el camino, les paraliza la incertidumbre y la incomodidad.
Déjame que te cuente por qué te pasa, de dónde viene esa parálisis y cómo gestionar la incertidumbre con estrategias útiles de verdad (que no son ni que confíes en ti ni que visualices un final feliz... 🤦♀️).
¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
La respuesta corta:
Porque a nuestra mente no le gustan los cambios. Aunque sepamos que los necesitamos o que son una oportunidad para mejorar nuestras vidas.
Tenemos una mente conservadora, que nos lleva a la parálisis. Nos atrapa en el famoso “y si…”, alimentando un miedo que nos mantiene exactamente dónde estamos.
La respuesta larga es más compleja, e incluye varias razones como
el miedo a equivocarnos
el miedo a lo desconocido
a que salga mal
al juicio de los demás.
Todos estos temores se reducen a uno, para mí, nuclear, que es el miedo a perder el control sobre nuestra vida.
Detrás del miedo al cambio suele haber una necesidad profunda de control. Nos aterra la idea de que, si damos un paso hacia lo desconocido, podemos perder la estabilidad que tenemos (aunque esa estabilidad nos haga tremendamente infelices). Queremos prever cada resultado, asegurarnos de que todo saldrá bien, pero la realidad es que la vida no funciona así.
En la vida no hay garantías.
La certeza que buscas está justo después de dar ese paso que no sabes si dar ni cómo hacerlo.

Por eso, te invito a preguntarte:
➡️ ¿Qué es lo peor que podría pasar si dejo ir el control?
➡️ ¿En qué momentos de mi vida ya he afrontado incertidumbre y he salido adelante?
➡️ ¿Qué me espera si sigo quedándome en el mismo lugar?
➡️ ¿Cuál es el beneficio de no hacer nada?
El círculo vicioso del estancamiento
Piensa en alguien que lleva años en un trabajo que no le satisface. Sabe que quiere hacer algo diferente, pero no tiene claro qué le gusta ni por dónde empezar.
¿Y si cambio y es peor?
¿Y si no soy lo suficientemente bueno para otra cosa?
Y así, día tras día, sigue clavado en el mismo lugar, sintiendo frustración, pero sin hacer nada.
O piensa en alguien que no es capaz de gestionar presentaciones en su trabajo. Alguien que lo pasa fatal, sufre días antes y evita tanto como puede ese momento. Siente que jamás lo hará bien, que se está quedando atrás en su carrera porque su comunicación es pobre, y que ese ascenso jamás llegará. Pero le aterroriza dar un paso.
¿Y si descubro que realmente no soy capaz?
¿Y si lo paso mal?
¿Y si hago el ridículo?
¿Y si…?
¿Conoces a alguien a quién le suceda?
¿Es tu caso? Lógico, porque es un patrón muy común. La incertidumbre genera miedo, el miedo genera inacción y la inacción refuerza la creencia de que no hay salida. Y cuanto más tiempo pasa, más difícil parece romper el ciclo.
La incomodidad: una señal de crecimiento
Uno de los errores más comunes que cometemos es interpretar la incomodidad como una señal de que estamos haciendo algo mal. O de que el universo nos está indicando que “por ahí no es”.
En realidad, la incomodidad generalmente es una señal de que estamos creciendo. Todo proceso de cambio pasa por momentos incómodos e incluso por dificultades, porque nos obliga a salir de lo conocido y adentrarnos en un terreno en el que no hemos entrado nunca.
Es importante entender que nadie tiene todas las respuestas antes de dar el primer paso. La certeza que buscas está justo después de dar ese paso que no sabes ni si dar ni cómo hacerlo. Es precisamente en el proceso donde descubrimos qué funciona, qué no, qué nos gusta y qué no.
El cambio empieza con una decisión, y esa decisión está en tus manos.

¿Cómo gestionar la incertidumbre y avanzar?
Si esto está resonando contigo y sientes que estás atrapado o atrapada en la indecisión y el miedo al cambio, aquí tienes algunas estrategias que pueden ayudarte a dar los primeros pasos:
1. Acepta la incertidumbre como parte del proceso
En lugar de resistirte a la incertidumbre, intégrala. En la vida no hay garantías absolutas de nada, y esperar tener toda la información antes de actuar solo prolongará tu parálisis. Acepta que el cambio conlleva incertidumbre, sin más.
2. Divide el cambio en pasos pequeños
¿Verdad que tenemos claro que no hace falta que te tires a una piscina olímpica si no sabes nadar? Pues esta lógica aplica a todo.
Si el cambio que buscas te resulta abrumador, desmenúzalo en pequeños pasos para hacerlo más manejable.
Por ejemplo, en lugar de lanzarte a lo loco a otro trabajo, empieza por investigar opciones, hablar con personas que trabajan en sectores que te interesan, dedicar unas horas al día a esa actividad…
3. Reinterpreta el miedo como lo que es
🚨 El miedo es solo el piloto rojo que se enciende cuando sales de tu zona de seguridad, y es normal.
¿Por qué? Porque es lo que estás haciendo, justamente: salir de tu zona de seguridad y crecer. Es normal sentirlo, y lo sientes porque lo que estás haciendo te importa.
4. Pon el foco en la acción, no en la perfección
No hay un momento perfecto para hacer las cosas. Este es otro gran tema en relación a los cambios. Muchas personas se quedan atrapadas esperando el momento perfecto para actuar y no lo hay. Haz. Experimenta.
La única manera de ganar claridad es haciendo, probando y ajustando sobre la marcha.
La incomodidad y el miedo a hablar en público
Este patrón de miedo a la incertidumbre también se da en las habilidades comunicativas. Muchas personas que quieren mejorar su capacidad para hablar en público sienten un terror anticipado y enorme a la incomodidad.
Se imaginan lo mal que lo van a pasar, lo incómodos que se van a sentir, y eso les impide muchas veces intentarlo.
Recuerda que hablar en público es una habilidad que se desarrolla con la práctica, y que la incomodidad inicial es parte del proceso. De todos los procesos. No se trata de nacer con talento, sino de exponerse de manera progresiva hasta que la sensación de inseguridad desaparezca.

Si sientes que el miedo a lo que no puedes controlar te está bloqueando y que la incomodidad del cambio te supera, recuerda que no tienes por qué hacerlo sola.
Puedo ayudarte a navegar esta etapa con mayor claridad y diseñar un plan de acción que te permita avanzar sin que el miedo dicte tus decisiones.
Si quieres dar el primer paso, agenda una sesión conmigo. El cambio empieza con una decisión, y esa decisión está en tus manos.
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