La importancia de no COMPARARSE CON LOS DEMÁS al hablar en público (y en la vida)
- Maria Romar
- 10 dic 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 11 mar

Compararnos con los demás es una trampa mental súper peligrosa en cualquier ámbito de la vida, y la comunicación no es una excepción.
Muchas personas se sienten incapaces de hablar en público o de expresarse con claridad porque se comparan con otros que parecen hacerlo con facilidad o incluso hasta con alegría o con gusto.
Te pasa ¿verdad?
Sin embargo, esta comparación es injusta y poco realista porque solo vemos una parte de la historia, un frame de toda una película, y nunca el proceso completo que llevó a esa persona a hablar con soltura.
Déjame que te cuente por qué compararnos es del todo inútil, cómo medir nuestro progreso de manera efectiva y por qué la comunicación no es un don innato, sino un hábito que se entrena con práctica y experiencia.
Si quieres avanzar, deja de mirar a los demás y enfócate en tu propio progreso. No necesitas ser perfecto o perfecta, solo necesitas mejorar un poco cada día.
La comparación: una trampa mental injusta
Cuando nos comparamos con alguien que comunica bien, solemos fijarnos solo en el resultado final: la seguridad con la que habla, la claridad de su mensaje o la naturalidad con la que interactúa con el público. Pero no vemos lo que hay detrás: años de práctica, ensayo, errores corregidos y experiencias acumuladas.
Nosotras y nosotros, en cambio, solemos juzgarnos desde dentro, sintiendo cada nervio, cada noche de ansiedad, cada mirada que creemos que nos juzga y cada inseguridad.
Es una comparación desigual porque no tenemos acceso a lo que la otra persona siente internamente, solo vemos su versión más pulida, la que decide mostrar.
Como dice la canción, “grass is always greener on the other side” o la hierba siempre es más verde al otro lado de la valla. Por eso es fundamental recordar que no vemos todo el esfuerzo que hay detrás del éxito de los demás, ni su historia ni sus circunstancias.
Compararnos con alguien sin conocer su proceso solo genera frustración y desmotivación.

La excelencia se mide desde dentro, no comparándonos con otras personas
¿Sabes qué significa trabajar en la excelencia? Muchas personas creen que significa ser "mejor que los demás" peor no es así.
En realidad, la excelencia tiene que ver con el progreso propio. La única comparación válida es contigo mismo/a.
¿Hoy te comunicas mejor que ayer?
¿Has dado pasos para mejorar tu expresión?
Esa es la verdadera medida del crecimiento. Ese es el único valor que te sirve y que te va a ayudar.
Cada persona parte de un punto diferente y tiene un ritmo propio de aprendizaje. Lo importante, en general, y cuando haces un proceso de coaching en habilidades comunicativas es:
superar tu propio nivel
mejorar tu claridad
gestionar tus emociones
perder el miedo
atreverte cada vez más
Si mides tu progreso en relación con otros, siempre habrá alguien mejor, como es lógico, y te va a comer la frustración y la desmotivación. En cambio, si mides tu progreso en relación contigo mismo/a, verás tu avance y, lo más importante, verás tu margen para mejorar y motivarte.
La comunicación es un hábito, no es un don
Lo repito a diario unas treinta veces y no me voy a cansar de decirlo.
Uno de los mayores mitos sobre la comunicación es que es un talento innato, algo con lo que se nace. Y NO es cierto. Las habilidades de comunicación no son un rasgo de personalidad o una característica innata como tener los ojos marrones.
Comunicar bien es una habilidad que se desarrolla con práctica y entrenamiento.
El círculo virtuoso
Las personas que parecen hablar con naturalidad en público no nacieron así. En la mayoría de los casos, empezaron desde pequeños en entornos donde hablar en público era habitual.
Tal vez en la escuela, en actividades sociales o en trabajos que requerían comunicación constante les motivaron a hacerlo, les dijeron que se les daba bien.

Cada vez que hablaban en público y recibían ánimo en lugar de sabotaje, su confianza aumentaba, lo que les motivaba a seguir practicando y hacerlo con más facilidad la siguiente vez.
Esto es lo que se conoce como círculo virtuoso: la práctica genera más confianza y la confianza facilita la práctica
Si no has tenido esa experiencia, si tú recibiste burlas, tuviste malas experiencias o no te alentaron a practicar más, no significa que no puedas aprender. Significa que necesitas entrenar esa habilidad conscientemente, de la misma manera que entrenarías un músculo en el gimnasio. Cuanto más practiques, más natural se volverá.
¿Cómo mejorar sin compararte con los demás?
Si quieres mejorar tu comunicación o cualquier otra habilidad, sin caer en la trampa de la comparación, aquí tienes algunas estrategias efectivas:
√ Lleva un registro de tu progreso. Parece una chorrada, pero las personas tendemos a olvidar muy fácilmente las cosas buenas, nuestros avances, nuestras victorias. Por eso, haz una lista de situaciones en las que te gustaría comunicarte mejor. Cada vez que avances, aunque sea un pequeño paso, ¡anótalo! Con el tiempo, verás que has progresado más de lo que crees.
√ Reemplaza la comparación con la inspiración. Vale, hay gente que la ves y piensas “jo… cómo me gustaría hablar así”. Tener referentes es fantástico para que te sirvan de inspiración. Observa qué hace bien, aprende de ello e intégralo en tu propio estilo.
√ Celebra cada pequeño logro. Cada paso que das en tu proceso de mejora y de entreno es una victoria. Solo tú sabes lo que te cuesta y lo que te estás desafiando. Por eso, celebra cada paso, cada logro. Mis clientes saben lo insistente que soy con esto, porque el reconocimiento es fundamental. Cada paso cuenta.
Compararte con los demás en comunicación solo te va a generar frustración y bloqueará tu crecimiento. La realidad es que cada persona tiene su propio proceso y lo único que realmente importa es mejorar con respecto a ti mismo.
La comunicación no es un don mágico, sino una habilidad que se desarrolla con práctica y constancia.
Si quieres avanzar, deja de mirar a los demás y empieza a enfocarte en tu propio progreso. No necesitas ser perfecto o perfecta, solo necesitas mejorar un poco cada día.

Y si crees necesitas acompañamiento durante ese proceso, no dudes en contactarme y pedir una primera sesión exploratoria gratuita.
Estoy segura de que puedo ayudarte a ganar confianza y seguridad a la hora de expresarte.
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