Comunicar bien empieza
en lo que te dices a ti
Lo que te dices por dentro se nota por fuera.
Por eso, antes de enseñarte técnicas de comunicación, trabajamos lo más importante: tus creencias, tus miedos y tu narrativa interna.
La mayoría de personas que sufren al hablar en público
NO tienen un problema con la comunicación.
Tienen un problema con lo que piensan y creen de sí mismas.
¿Por qué me cuesta tanto hablar?
Comunicar no es solo dar una charla ante 300 personas. Es participar en una reunión, dar tu opinión, poner límites, hacer una presentación o simplemente decir lo que piensas con claridad.
Si te bloqueas, no es porque “no se te dé bien comunicar”, sino porque lo que te dices por dentro está interfiriendo.
Frases como “mejor me callo”, “voy a hacer el ridículo”, “los demás saben más” no son solo pensamientos. Se convierten en tu identidad.
Por eso, el trabajo no empieza fuera. Empieza dentro.
Mi enfoque: de dentro hacia fuera
Mi método parte de una premisa clara:
te comunicas con los demás en función de cómo te comunicas contigo.
Muchas personas buscan mejorar su forma de hablar apuntándose a cursos de oratoria. Aprenden técnicas, trucos, cómo colocar la voz o mirar al público. Y, cuando llega el momento, pese a saber la teoría no pueden usar ninguna de estas técnicas porque, sencillamente, están bloqueadas.
El bloqueo lo provoca tu diálogo interno, la historia que te cuentas. Tus creencias.
Desde la neurolingüística se dice que "Yo soy" es una orden mental. Lo que sigue a esa frase tu cerebro lo asume como verdad. Por eso, es fundamental que, primero, aprendas a pensar distinto, a verte y percibirte de otra manera para, luego, aprender técnicas de comunicación que sí puedas usar-
Así que, ANTES de enseñarte cómo ordenar tu discurso o captar la atención,
trabajamos en algo más profundo:
Identificar las creencias que te limitan.
Entender de dónde vienen.
Cuestionarlas y entender que NO son verdades,son interpretaciones
Desactivarlas y transformarlas
Después, ya con esta base sólida, entramos en la parte técnica: cómo expresarte, cómo estructurar una intervención, cómo brillar sin impostar.
Todo eso lo entrenamos paso a paso, con un acompañamiento profesional y respetuoso.
¿Por qué es diferente mi enfoque?
Porque no empezamos por hablar. Empezamos por escuchar qué te dices, cómo es tu inseguridad.
Porque antes de meterte información en la cabeza, limpiamos el ruido interno.
Porque no te enseño a ser otra persona ni a sonar como los "grandes oradores o "líderes", sino que te acompaño a encontrar tu manera.
Porque, además de enseñarte comunicación, te ayudo a pensarte y a vivir mejor mediante el coaching.
Porque el objetivo no es solo que hables mejor, sino que no sufras al hacerlo, que puedas normalizar la experiencia.
¿Quieres contarme tu caso?
Agenda una sesión gratuita de 20 minutos y hablemos.
La neurolingüística, que estudia la relación entre el lenguaje
y el sistema nervioso, ha demostrado que, cada vez que dices
“Yo soy”, todo lo que sigue a esa frase le está hablando directamente a tu cerebro.
Una historia real
Se sentía un fracasado por su incapacidad
para comunicarse
El problema
J.M. me contactó porque tenía serios problemas con su comunicación. A diario tenía reuniones online, algunas con más de 40 personas, que sufría inmensamente y en las que intentaba no intervenir.
Lo tenía todo para ascender pero su falta de habilidades comunicativas le frenaba.
Sus creencias
Mi cliente realmente creía que no ser bueno comunicándose le convertía en incompetente; creía que hablar “no era lo suyo” y que, si no estudiaba constantemente, fallaría y descubrirían que no era tan válido como parecía.
La transformación
Después de trabajar sus creencias, se dio cuenta de ideas erróneas que tenía sobre sí mismo y sobre hablar en público, su autoestima mejoró y también los hicieron sus hábitos.
Y mientras movía todas estas piezas de sí mismo, trabajó en su comunicación, en la estructura de sus mensajes y la claridad al exponerlos.
Intentos frustrados
Miró tutoriales y leyó libros, estudiaba a diario después de su jornada laboral. Y, además de cansado, se sentía frustrado y enfadado porque nada le funcionaba y eso incrementaba su sensación de fracaso.
El trabajo
Lo primero que trabajamos fue la percepción de sí mismo y de sus habilidades. Descubrió fortalezas que no tenía reconocidas, y entendió que no ser bueno en algo no invalida tus otras habilidades o competencias.
¿Qué pasa cuando trabajas en ti y, por fin, puedes expresarte con libertad?
Cuando trabajas tu comunicación desde la raíz - no solo cómo hablas, sino qué crees de ti cuando hablas- empiezas a notar cambios profundos, reales y sostenibles.
Porque no solo aprendes a hablar mejor: aprendes a estar mejor contigo y con los demás.
Aprendes a aceptarte, conocerte y expresarte desde un lugar más libre, más tú.
Refuerzas tu autoestima desde dentro, sin necesitar aprobación externa constante.
Entiendes de dónde vienen tus miedos, lo que crees que es tu forma de ser
Ganas visibilidad, en lo personal y en lo profesional.
Aprovechas tus oportunidades porque, por fin, te atreves a mostrar tu valor.
Encuentras una nueva forma de relacionarte que no pase por la invisibilidad.
Dejas de compararte con los demás y aprendes a valorar tu recorrido, tu propio crecimiento.
Porque cuando puedes decir lo que piensas sin miedo,
cambia tu vida entera.
¿Y quién soy yo para hablarte de todo esto?
Soy Maria, coach especializada en comunicación, y llevo más de 10 años acompañando a personas en su camino para expresarse con confianza y autenticidad.
Después de trabajar durante años en comunicación y como coach, me di cuenta de que la mayoría de las personas no tienen problemas con la comunicación, sino con lo que se dicen a sí mismas.
Saben hablar, tienen ideas valiosas, pero viven atrapadas en un diálogo interno que les repite que no están a la altura, que es mejor callar, que van a hacerlo mal.
Por eso, he creado un método propio que une mi experiencia en comunicación con el trabajo profundo sobre las creencias.
Porque antes de aprender a comunicarte bien, necesitas creerte con derecho a hacerlo. Necesitas cambiar lo que crees sobre ti.
Cuando cambia la percepción que tienes de ti, cambia tu manera de estar en el mundo. Y con ella, tu manera de comunicarte.
