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[Comunícate sin miedo]: supera tus bloqueos y exprésate con CONFIANZA ante quien sea

Actualizado: 24 may



comunícate sin miedo


>> Hablar en público no es (solo) subirse a un escenario, es saber comunicar en cualquier situación <<

 

¿Así que tú también creías que hablar en público es dar un discurso ante 300 personas? Pues me alegra decirte que te equivocabas. 🤓

 

Cuando pensamos en “hablar en público” muchas personas se imaginan un auditorio con mil espectadores escuchando a un conferenciante.  Pero la realidad es que NO es solo eso, ni mucho menos. Hablar en público es comunicarnos delante de personas, ya se trate de 5 o de 200.  

 

Porque la comunicación es algo que hacemos a diario en todo tipo de situaciones:


  • Participar en reuniones de equipo.

  • Tener conversaciones con clientes o con superiores

  • Dar instrucciones claras para un proyecto.

  • Hacer una presentación en la empresa.

  • Dar feedback a un miembro de tu equipo

  • Cerrar una venta o negociar un acuerdo.

 

En resumen y simplificando: comunicar es algo que hacemos todo el día, porque es así como nos relacionamos con las personas y con nuestro entorno.

 

Y si NO nos comunicamos con claridad, con confianza y con seguridad, nuestras ideas pueden perderse.


Y no solo eso, ojo.


⚠️ Muchas veces, no nos damos cuenta de que también estamos perdiendo oportunidades profesionales y personales simplemente porque no sabemos expresarnos bien o porque el miedo (a lo que sea) nos frena.

 

 



¿Por qué da miedo hablar ante de varias personas?

 

El miedo a hablar en público está considerado uno de los más comunes en todo el mundo. Para 8 de cada 10 personas hablar en público es el peor de sus miedos.


¿No te parece una cifra impresionante? 😳

 

Pero a todas estas personas, en realidad, NO es solo la idea de hablar en un escenario ante 300 personas lo que las aterra. Son otras situaciones, mucho más cotidianas que las del speaker conferenciante las que les bloquean.


Muchas personas sienten ansiedad al tener que hablar en una reunión, intervenir en una call, presentar resultados ante un pequeño grupo o, incluso, al dar su opinión ante un grupo.

 

Este miedo tiene raíces profundas que van mucho más allá del simple hecho de hablar, y son miedos que compartimos la gran mayoría de personas.  

 


Miedo a decir NO

No, no te pasa solo a ti.


A todas las personas, con nuestros más y nuestros menos, nos dan miedo las mismas cosas.


Cuando se trata de hablar delante de gente:

 

  • Nos aterra exponernos y sentirnos juzgadas/os.

  • Nos aterra hacer el ridículo o equivocarnos delante de los demás.

  • Nos da miedo herir a la otra persona con lo que digamos.

 

En definitiva, nos da miedo que no nos acepten, que no nos quieran. Quedarnos fuera del grupo.

 

¿De donde viene ese miedo?


El miedo tiene una función básica, que es protegerte.


Tu cerebro no quiere que fracases y que vivas una experiencia desagradable que puede llegar a ser traumática. Por eso, te protege generando miedo para que evites esa situación, para que no te expongas.


El problema es que, al evitar esa situación, evitas también practicar y mejorar. El círculo vicioso en el que es probable que te encuentres si estás leyendo esto.


Este miedo tiene un origen primitivo y está ligado a esa parte irracional conectada a un momento de la evolución en el que quedarte fuera del grupo, quedarte sola/o, era peligroso, porque la supervivencia en soledad era casi imposible.


De todo eso sigue quedando un poso que es el que mantiene el miedo a que no nos acepten.

 



Déjame que te cuente el caso de Diana


Miedo a decir que NO

Diana llegó a mí buscando un cambio profesional, pero no sabía cómo empezar. 

Su carrera profesional llevaba años a la deriva y en una dirección que ella no quería porque jamás había sabido decir que no a proyectos que le proponían pero que, en realidad no le interesaban. Y al decir que sí, se desviaba de su propio camino y de su objetivo.

 

Lo que había detrás de eso era el miedo a decir que no.


Le daba miedo decepcionar a sus superiores diciendo que no a ese proyecto que ella (ni nadie más) quería. Le daba miedo que la juzgasen y que dejasen de considerarla valiosa.

 

💡 Por eso, trabajamos esas creencias limitantes (si dejan de darme proyectos "marrones" es que no soy valiosa o no soy buena en nada) y los miedos asociados (al rechazo, a no gustar, a decepcionar., etc) y pudo, por fin, poner fin a esa situación que se repetía desde hacía años.


Y, con esa base clara, pudo por fin decir que no a esos supuestos “proyectos únicos” para dedicarse a crecer en la dirección que realmente quería.

 



Lo que hay detrás del miedo

 

Si analizamos los miedos que surgen cuando tenemos que hablar en público o expresarnos en entornos laborales, encontramos que, lo que hay detrás son creencias limitantes profundamente arraigadas.

 

El verdadero problema es que tu cabeza está llena de creencias sobre ti misma/o y sobre cómo te perciben los demás.


Tu mente está atrapada en pensamientos negativos profundos:


  • “No soy lo suficientemente buena”

  • “Comunicarse bien es solo para gente extrovertida

  • Van a descubrir que no sé nada”

  • “Hablar delante de gente se me da mal”

  • "No tengo nada interesante que decir"

  • "No me lo merezco"

  • "Si hablo, me juzgarán y me criticarán"

  • "No sé lo suficiente, me falta formación o experiencia"

  • "Soy demasiado mayor para esto"

  • "No soy una persona exitosa"

  • Yo no sé decir las cosas

 

Y cuando creemos estas frases, nuestro cerebro busca confirmaciones que refuercen esa creencia.



¿Qué son las creencias limitantes?


creencias limitantes

Las creencias limitantes son generalizaciones que hacemos de la vida y que vivimos como si fueran verdades absolutas. Actúan como un filtro invisible que distorsiona nuestra percepción de la realidad y nos mantienen atrapados/as en el miedo.

 

Son interpretaciones que hemos construido a partir de experiencias pasadas, comentarios que hemos escuchado o comparaciones injustas.

 

Te pongo un ejemplo: si una vez te interrumpieron en una reunión, eso confirmó tu idea de que "no te escuchan". Si alguien no reaccionó como esperabas, confirmaste tu creencia de que "no eres interesante".

 

Estas creencias alimentan tu miedo y lo confirman una y otra vez, haciendo que te atrapes constantemente en un bucle irreal pero que, sin darte cuenta, te está limitando muchísimo.

El problema nunca es realmente hablar en público, sino lo que nos decimos a nosotros mismos antes de hacerlo.

El impacto de las creencias


Igual estás pensando que esto de las creencias limitantes no es para tanto. Pues déjame decirte que te equivocas.

Las creencias limitantes tienen un impacto ENORME en nuestra vida y nos afectan negativamente mucho más de lo que pensamos:


😵‍💫 No son solo ideas, sino que modifican nuestra manera de comportarnos. Son las que hacen que evitemos intervenir, nos callemos en reuniones, dejemos pasar oportunidades… Y, sin darnos cuenta, confirmamos una y otra vez esas creencias. Es un círculo vicioso que boicotea nuestra autoestima.

 

😵‍💫 Cuando NO las cuestionamos, acaban por definirnos. Porque al creernos realmente que "no somos suficiente", que algo es imposible para nosotras/os, distorsionamos la idea que tenemos de nosotras/os mismas/os y de nuestras capacidades.  

 

La buena noticia es que las creencias limitantes se pueden desmontar y reprogramar.


Con el enfoque adecuado, podemos dejar de vernos incompetentes o como insuficientes y empezar a descubrir que, en realidad, lo que nos frenaba no es la falta de capacidad, sino la falta de confianza.

 

 


 Ya lo intenté todo y no funcionó

 

Vale, abramos este melón.

 

A diario trabajo con personas convencidas de que no tienen solución. Muchos de mis clientes llegan a mi frustrados y cansados después de haber tratado de resolver su problema sin éxito.


Creen que hablar en público es algo innato, y que ellos simplemente no están hechos para comunicarse con seguridad.

 

Han hecho cursos de oratoria, se han apuntado a teatro, han visto vídeos y tutoriales de Youtube y no han conseguido mejorar. Siguen sintiendo miedo a la hora de expresarse. Siguen callando y creyendo que nada funciona.

 

¡Lógico! ¿Por qué?


Porque no están resolviendo el problema de raíz. No están trabajando lo que realmente les bloquea, que son su miedo y sus creencias. Y lo que descubren en el proceso de trabajar conmigo es que, no es su capacidad lo que fallaba, sino su manera de verse a sí mismas.

 

 


Te cuento otro caso real

comunícate sin miedo

J.M. me contactó porque tenía serios problemas con su comunicación. A diario tenía reuniones online, algunas con más de 40 personas, y lo pasaba terriblemente mal.


Aunque tenía mucha experiencia y un cargo senior, no ascendía porque no era capaz de manejar la comunicación.

 

Hizo un taller de teatro. Miró tutoriales y leyó libros para mejorar. Estudiaba CADA DÍA después de su jornada laboral. Y estaba, además de cansado, frustrado y enfadado porque nada le funcionaba y eso incrementaba su sensación de fracaso.


J.M realmente creía que no ser bueno comunicándose le convertía en incompetente; creía que hablar “no era lo suyo” y que, si no estudiaba constantemente, fallaría y descubrirían que no es tan válido como parecía.


Imagínate el sufrimiento.

 

💡 Por eso, lo primero que trabajamos fue la percepción de sí mismo y de sus habilidades. Descubrió fortalezas que no tenía reconocidas, y entendió que no ser bueno en algo no invalida tus otras habilidades o competencias Después de trabajar sus creencias, se dio cuenta de ideas erróneas que tenía sobre sí mismo y sobre hablar en público, su autoestima mejoró y también los hicieron sus hábitos.

 

Y mientras movía todas estas piezas de sí mismo, trabajó en su comunicación, la estructura de sus mensajes y la claridad al exponerlos. Y la mejora fue meteórica.

 


Por qué no te funcionan los cursos


El problema de muchos cursos de oratoria o comunicación es que se centran sólo en las técnicas, en la postura, la voz y la estructura del discurso, pero no abordan lo más importante: las creencias individuales de cada persona. El origen del problema.


Los cursos convencionales están muy bien si ya partes de una base de seguridad y confianza.

>Si no tienes un nudo en el estómago la noche antes a tu presentación.

>Si no te pasas toda la reunión tratando de ser invisible para no tener que hablar.


Pero NO te sirven de nada si tu mente está ocupada en decirte que no vales, que estás en ese puesto por pura suerte, que los demás lo hacen mil veces mejor o que lo que vas a decir es una auténtica chorrada.

 

Y es que el miedo NO se vence con conocimiento técnico. Es imprescindible tener en cuenta que las emociones y las creencias arraigadas son las que realmente controlan nuestra capacidad de hablar con seguridad.


Sin abordar estos aspectos antes, cualquier truco o estrategia de comunicación será solo un parche temporal. Por eso, antes de aprender a ordenar tu discurso, a controlar los silencios o a estructurar tus ideas, necesitas creer que eres capaz de hacerlo. Necesitas trabajar desde dentro.


Y eso es precisamente lo que hacemos en el programa Comunícate sin miedo.

 





Te presento a Alonso


hacer una presentación

Alonso tenía que hacer presentaciones constantemente, pero cada vez que lo hacía, era un suplicio. Sudaba, pasaba muchos nervios y terminaba siempre con la sensación de fracaso y de que no merecía el puesto.

 

El problema no era solo que no supiera hacer buenas presentaciones, sino que su cabeza le repetía una y otra vez: No eres lo suficientemente bueno”, "los demás lo hacen mucho mejor".


💡 Por eso, primero cambiamos su narrativa interna y trabajamos el merecimiento. Y luego, y aprendió a estructurar sus intervenciones de manera clara y trabajamos su lenguaje corporal.


Ahora no solo presenta sin miedo, sino que ve cada presentación como una oportunidad para practicar, observarse y mejorar. 🙌

 

Estos son solo algunos ejemplos, pero la historia se repite en todos y cada uno de mis clientes: el problema nunca es realmente hablar en público, sino lo que nos decimos a nosotros mismos antes de hacerlo.

 







Comunícate sin miedo: el programa que te ayuda a desbloquearte y expresarte con seguridad

 

Precisamente de la necesidad de trabajar lo correcto y en el orden correcto nace este programa.Comunícate sin miedo está diseñado para ayudarte a superar los bloqueos que te impiden comunicarte con confianza.


No, no es un curso de oratoria.

No, tampoco es un curso de comunicación.


Es un programa de aprendizaje en el que primero, trabajaremos en eliminar los miedos y reprogramar las creencias que te están limitando y, luego, aprenderás técnicas y recursos para que tu comunicación sea solvente y convincente.




¿Cómo funciona?


  1. Fase 1: Creencias y miedos

    En la primera parte del programa, nos enfocamos en identificar y desmontar esas creencias limitantes que te impiden comunicarte con seguridad. Aquí trabajamos en profundidad con herramientas de coaching para desbloquear lo que te frena.



  1. Fase 2: Técnicas de comunicación

    Una vez que hemos eliminado esos bloqueos internos, pasamos a las estrategias y técnicas de comunicación para que puedas estructurar tu discurso, hablar con claridad, proyectar seguridad y captar la atención de tu audiencia.



  1. Tres sesiones online 1:1 conmigo

    Durante el programa, tendremos tres sesiones de trabajo en directo:


    • La primera, al inicio, para evaluar tu punto de partida, fijar objetivos y marcar prioridades.


    • La segunda, dirigida a trabajar lo que más se te resiste en cuanto a tus creencias.


    • La tercera, pensada para que puedas resolver tus dudas o afinar algún concepto o alguna técnica para que puedas aplicar lo aprendido de inmediato.

 

 


comunícate sin miedo

¿Por qué aprender a comunicarte sin miedo?

 

Nadie mejor que tú sabe lo que sufres cuando no eres capaz de decir lo que piensas porque crees que no interesas.


Solo tú sabes la impotencia que sientes cuando ves que otras personas con menos conocimiento que tu ascienden mientras tu sigues estancada/o.


Eres tú quien siente esa tremenda inseguridad al tener que dar feedback a tu equipo y no tener ni idea de cómo hacerlo bien.


Pero si toda esta incomodidad no es motivo suficiente, déjame que te cuente algo más.


Cuando trabajas tu comunicación desde dentro, los cambios son mucho más profundos de lo que imaginas.


No solo mejoras en reuniones o presentaciones, sino que algo en ti cambia. Empiezas a sentirte más segura/o, más capaz porque también cambias la comunicación que tienes contigo misma/o.


Y además:

 

👉 Pones foco en aquello que te bloquea a ti, no en soluciones genéricas que no te sirven.


👉 Descubres tus puntos fuertes y aprendes a potenciarlos. Porque todos tenemos un estilo único de comunicación.


👉 Aprendes a entenderte y a respetarte. Ya no te castigas por haber hablado de más o por haberte quedado callado.


👉 Aumentas tu confianza y autoestima. Porque empiezas a creerte capaz de hacerte escuchar.


👉 Mejoran tus relaciones personales y profesionales. Porque la comunicación está en todo, desde cómo pides un café hasta cómo negocias un ascenso.


👉 Se abren nuevas oportunidades en tu carrera profesional. La visibilidad y la capacidad de comunicar influyen directamente en tu crecimiento profesional.


👉 La percepción que tienes de ti mismo (y la que los demás tienen de ti) mejora notablemente. Y dejas de juzgarte tan duramente y de boicotearte.


👉 Ganas tranquilidad y paz mental. Cuando te comunicas con seguridad, el mundo te escucha. Y lo mejor de todo: empiezas a sentir que tienes el control.

 

 


Si sientes que el miedo te está frenando y que podrías estar aprovechando muchas más oportunidades, ha llegado el momento de cambiarlo.

 

Yo te acompaño en este camino.

 


 ¡Es hora de comunicarte sin miedo!


Comunícate sin miedo

 
 
 

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